miércoles, 18 de agosto de 2010

LOS ADITIVOS : SEPAMOS LO QUE COMEMOS, LA LETRA PEQUEÑA,

Hace poco vi por television un programa en el cual hablaban de todo esto y no se a vosotros pero a mi ( se me ponian los pelos de punta ) si me preocupa y bastante este tema.

Esa letra pequeña que nada mas que tiene letras y numeros. Yo nunca habia sabido que era cada cual.

Ahora, ya de vuelta de las vacaciones y con muchas ganas de seguir aprendiendo me he puesto a navegar por la red y he encontrado estos articulos, muy interesantes y que nos cuentan lo que significan todos esos numeros y todas esas letras.

Los aditivos tales como los colorantes, conservantes, antioxidantes, estabilizantes y emulsionantes, edulcorantes, potenciadores del sabor, aromas y otros ......

Colorantes: su función es la de teñir el alimento, para darle un color atractivo o diferente del habitual. De esta forma, si se prescinde del colorante la calidad del producto no disminuye, aunque su efectividad comercial podría verse afectada. De hecho, algunos productos como golosinas o caramelos tienen en el colorante su principal gancho. Existen colorantes artificales y naturales, y en ocasiones, y dependiendo del tipo, pueden ser utilizados en gran cantidad sin riesgos para la salud. Por lo general, los naturales son bastante inocuos, por lo que sus restricciones son bastantes menores que para los artificiales. En este último caso, su estudio se ha realizado con bastante detenimiento, debido a la creciente preocupación entre los consumidores; de hecho, muchas empresas han optado por el uso de colorantes naturales (aunque lo más sano sería dejar el color del alimento tal y como está). El uso de estos productos está muy extendido para una gran gama de productos (embutidos, yogures, productos de pastelería, platos preparados, bebidas refrescantes...), y es posible que algunos de ellos puedan estar vinculados a reacciones alérgicas, e incluso a trastornos del comportamiento en niños, aunque estos extremos todavía están lejos de confirmarse.

Conservantes: se utilizan para evitar que el producto sea afectado por bacterias, levaduras u hongos. Su uso racional es útil y permite evitar riesgos, aunque en ocasiones pueden emplearse para enmascarar deficiencias en el proceso de producción de los alimentos. En cualquier caso, el beneficio para las empresas es evidente; se calcula que un 20% de los productos alimenticios elaborados en todo el mundo se pierde por la acción de microorganismos. Además, la salud del consumidor puede verse afectada de forma severa en algunos casos por estas bacterias, como en el caso de la toxina botulínica. El ácido sórbico es uno de los conservantes más conocidos; es inofensivo, y previene el crecimiento de hongos en productos que contengan fruta (mermeladas, por ejemplo). En otros casos, productos como el ácido fórmico (que está autorizado en varios países) deben ser evitados, por su poder tóxico.

Antioxidantes: evitan la oxidación de las grasas que tiene lugar por efecto del calor, la luz y los metales. Con ello se evita que el producto adquiera olores y sabores extraños, pérdidad de la textura y color originales, etc... Además, pueden provocar reacciones que generen compuestos nocivos para la salud. Muchos productos grasos contienen sus propios antioxidantes naturales, aunque algunos de ellos los pierden en el proceso de elaboración, por lo que es necesario reemplazarlos de manera artificial. Por lo general, los productos ricos en grasas vegetales poseen una mayor cantidad de antioxidantes naturales. Suelen emplearse en margarinas, productos de bollería, quesos fundidos, etc. Algunos, como los tocoferoles y la vitamina E no tienen ningún riesgo, pero otros (BHA, BHT) son dudosos. Estos últimos están autorizados en Estados Unidos y en Europa, aunque no en Japón, y se han observado efectos potenciadores de ciertos carcinógenos en animales de laboratorio. En general, tiende a reducirse su uso, aunque es fácil encontrarlos mezclados con otro tipo de aditivos.


Estabilizantes y emulsionantes: modifican la textura de los productos, ya sea para aumentar su volumen (como en algunos yogures), para espesarlo o bien para estabilizar las emulsiones. Suele emplearse en lugar de productos naturales con objeto de mejorar su aspecto visual (así, en la mayonesa se puede aumentar su cremosidad sin necesidad de variar el modo de producción). Algunos de ellos son empleados en productos bajos en calorías, ya que son cumpuestos indigeribles por el ser humano; se trata, por lo general, de largas cadenas de azúcares que suelen incluirse en los productos que contienen "fibra".

Edulcorantes: suelen ser muy empleados ya que su poder endulzante es mucho más alto que el del azúcar, lo que permite ahorrar costes. Además, su aporte calórico es mucho menor, aunque la ley prohibe su utilización como sustitutos del azúcar. Sólo deben ser empleados en productos light y especiales (como los de régimen para diabéticos). Algunos de ellos planean dudas en cuanto a sus seguridad, como los ciclamatos, usados en ciertas bebidas carbónicas. La sacarina, un producto usual en nuestro país, está prohibido en Canadá ante la sospecha de que puede provocar cáncer; no obstante, los experimentos demuestran que el riesgo existente es prácticamente nulo.

Potenciadores del sabor
: quizá sea el más problemático de los grupos, ya que uso está destinado a aumentar el sabor de los productos por medio artificiales. De esta forma, el consumidor no puede saber si el sabor que percibe se debe a la calidad del producto o a la mera utilización de compuestos. Por sí solos no producen sabores especialemente intensos, pero multiplican el efecto de los ya existentes. Son muy utilizados en salsas preparadas y sopas concentradas, aunque figuran en una larga lista de productos.

Aromas: uno de los grupos más usados, y que además cuentan con menor control, ya que los fabricantes no están obligados a definir su composición en el etiquetado. Algunos de ellos son peligrosos, aunque es raro que puedan producir efectos perjudiciales ya que son usados en cantidades mínimas.

Otros: existen muchos otros aditivos, con muy diversas funciones: acidificantes (aceitunas, conservas vegetales, etc.), álcalis o bases (regulan la ácidez de las natas), antiapelmazantes (elaboración de vinos, salazones y filtración de aceites) o ceras (recubrimiento de frutas, quesos...).

FUENTES :
Seguire investigando y os hare llegar la informacion.

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